CON BOTAS Y A LO LOCO

"NO DEJES QUE LA MODA TE ESTROPEE UN BUEN PLAN" BM Esta semana he ido a "trompicones" por la vida, llegando tarde y mal a todo lo planeado. Cuando parecía que el domingo se acercaba amenazante sin haber mejorado la situación, me planté en seco en mitad del salón y dije:

"Niños poneos las botas de agua, los abrigos y coged un bote. Nos vamos a cazar renacuajos".

Renacuajos cogidos : 0 Mentes despejadas: 3

Debe de ser que no es época de renacuajos. Inspeccionamos hasta lo más profundo de cada charca y nada.

Es alucinante lo que relaja andar por la lluvia con las botas de agua y las gotas cayendo a través del pelo hasta la cara y de allí al suelo. Sin prisa, sin acelerar el paso. Como cuando era pequeña y la finalidad más importante no era llegar al destino sino mojarse lo máximo posible antes de tener que entrar en cualquier sitio.

Sin ni siquiera darme cuenta, la vida adulta me lleva a olvidar lo bien que me hacían sentir ciertas cosas, sencillamente por el afán de mantener la compostura y no parecer una madre chiflada y calada hasta los huesos a la que, además, parece que le importa un comino ir hecha un cuadro.

¿Los niños...? Sin normas.

Cuando iba a comenzar con el ... "cuidado gordo, no te mojes" Me dije: "déjales que se mojen , que se bañen en el charco y que naden con los renacuajos". ¡Ah no! que no había.

Recordé lo divertido que era, al tiempo que me alegraba de haber comprado esas botas de agua verdes de jardinero y, sobretodo, de haber estado tan perezosa como para ponerme un calzado razonablemente mono y, finalmente, haberme decantado por las botas de "métete en el charco hasta la rodilla".

Tengo que buscar otra estación del año a la que tener de enemiga pues el otoño empieza a caerme bien. Así que hoy llamamos a gritos a la lluvia para que sus gotas se lleven todo aquello que nos bloquea.