VIAJANDO A SIERRA NEVADA CON UNA NUEVA MIRADA
- jsalmeron8
- 10 nov 2016
- 2 Min. de lectura

Quién me iba a decir a mí el cariño que me inspiraría esta sierra con la manía que le tenía cuando era pequeñita. Cierto es, que siendo adolescente comencé a cogerle el tranquillo, pero más por la marcha nocturna tan divertida que allí se estilaba que por la vida montañera que, por esa época, poco o nada practicaba. Muy a pesar de mi familia. Y es que estos pequeños delicuentes que me han tocado por hijos han dado un giro de 180 grados a mi perspectiva. Si me preguntas: ¿Qué ha cambiado desde que nacieron tus hijos? Te diría: Mi sensibilidad hacia las cosas que me rodean, hacia las personas, hacia las situaciones... en definitiva: hacia todo lo que afecta a mi vida. Sierra Nevada no es menos y ahora se presenta ante mis ojos como un lugar totalmente diferente al que viví en su día. Nuevos rincones aparecen como por arte de magia, como si nunca hubiesen estado allí. Riachuelos, escarchas... captan mi interés y hasta la propia nieve me parece más bonita.




Un viaje fugaz de dos días y una noche para trabajar en los apartamentos y conseguir un resultado tan acogedor que sea capaz de provocar en nuestros huéspedes y amigos el deseo de permanecer con nosotros un poquito más.

Un viaje muy especial. Después de cinco o seis horas organizando ropa de cama, revisando toallas y haciendo recuento de cuberterías, edredones y demás enseres me he regalado un bonito paseo por la estación con mi cámara. Os dejo las imágenes de Sierra Nevada desde mi nueva mirada. La mirada detallista a la que ya no se les escapa una.







Estoy como loca por enseñaros cómo han quedado los apartamentos. 3...2...1... ABRIMOS Bueno casi... Feliz día
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